Hace unos meses vi expuesto en Daily Records Que pagui Pujol!, de Joni Destruye. Le comenté a Roger Geli qué tal estaba el libro, me dijo que era bueno y lo estuvimos hojeando un poco. Lo compré al cabo de un par de semanas y lo leí de un tirón. A partir de ahí, entré en contacto por correo electrónico con Silvia Resorte y con el propio Joni y estuvimos hablando del libro y de la época en general. Luego compré también Harto de todo de Jordi B-Core. Los dos son muy buenos libros, pero, por la edad de sus autores, en la visión general del punk de Barcelona tocan menos la primera época, la que viví sin haber sido nunca punk.
Jim, febrero de 1982
Una tarde del verano del 78 estaba con un amigo en la plaza Medinaceli. Le propuse que en vez de ir a las Ramblas por el Paseo Colón subiéramos hasta la Plaza Real por aquella calle que teníamos enfrente; leímos el nombre: Nueva de San Francisco. Ni idea. Al poco, a mano derecha, descubrimos un pub muy extraño: lo llevaban 3 o 4 tipos de aspecto bastante hippioso, pero desde la calle se oía a los Ramones cantando «... the kids are losing their minds. Blitzkrieg Bop!». Se llamaba Abracadabra y entramos hasta la parte del fondo, el segundo recinto. Sólo había dos tíos, pero tenían unas pintas alucinantes. Hacía pocos días que, en la plaza de la Catedral, habíamos tenido un pequeño altercado con unos quiyos disfrazados de punks, pero aquello era toda otra cosa.
Flyer del Bar Abracadabra
XAVI-SHOCK Y RÉQUIEM
Nos miramos, todos algo sorprendidos, pero en seguida empezamos a charlar. Mi amigo se quedó en un rincón con Réquiem y creo que ninguno de los dos abrió la boca, concentrados en sus cervezas. No sé muy bien cómo, de pronto estaba hablando con Xavi de los Kinks, los Who y de un grupo que yo casi no conocía, pero que él controlaba mucho: los Small Faces.
Al cabo de unos días volví al Abra y Xavi me dijo que hacía ya unas cuantas tardes que llevaba una cinta de los Small Faces para dármela cuando me viera. La conservé durante muchos años, aunque creo que se perdió en algún traslado.
Otro día, también en el Abra, apareció con una bolsa de supermercado. Me la dio y dentro había una camiseta de los Stones que, por supuesto, todavía guardo. Lo hizo sin darle importancia, diciéndome que él ya no la necesitaba. Me quedé alucinado y, durante una temporada, procuraba ir pronto al Abra, cuando no había todavía casi nadie, y mantenía grandes conversaciones con Xavi. El tío lo sabía todo de grupos protopunk que aquí casi ni se conocían, como Dead Boys, Dictators o Richard Hell & The Voidoids, y de bandas de los sesenta como los Seeds, los Sonics o los Creation.
La siguiente anécdota tal vez no debería contarla. Se la expliqué a Sil y la resumiré aquí. Por aquella época acudía de vez en cuando a un bar donde solía encontrarme con una panda de pijos que me miraban mal. Habíamos tenido cuatro palabras, pero no había pasado de aquí. Un día topé con ellos en un callejón. De las palabras se pasó a los golpes y me dejaron la cara como un cromo. Al día siguiente, bastante magullado, llegué al Abra a primera hora y sólo estaba Xavi. Me preguntó qué había pasado, se lo conté y recuerdo que me hizo preguntas muy concretas. Pocos días después volví a ver a esos tipos. De los cuatro, uno estaba entero; los otros tres… el que no llevaba un brazo en cabestrillo, tenía un ojo morado o iba completamente cojo. No puedo saber con certeza lo que sucedió y jamás volví a hablar con Xavi del tema, pero un par de meses después, con aquella sonrisa maliciosa con la que se reía del mundo, me dijo algo así como: «Esos payasos no te han vuelto a molestar, ¿no?».
Pasaron los meses y, poco a poco, fui dejando de ir al Abra, que ya empezaba a estar de capa caída. Todavía me movía de vez en cuando por el Fantástico y el Bogey, pero no los sentía tan míos, no tenían la magia que había tenido el Abracadabra. Veía menos a Xavi y, cuando coincidíamos, charlábamos poco y lo encontraba cada vez más cambiado.
Hago un inciso para decir que nunca tuve un solo problema con ningún punk en mi época más stoniana. Incluso había trabado amistad con alguno de ellos espontáneamente, como con Johnny Badges, después de coincidir varias veces en el metro. En cambio, ahora, en 1981 o 1982, cuando tras ver a los Clash en Badalona me había cortado el pelo, había podido por fin comprarme una chupa cruzada estilo Ramones y solía llevar unos vaqueros rotos por la rodilla y unas bambas blancas; es decir, en la época de mi vida en que mi aspecto era más o menos asimilable a la estética punk del 77, tuve un par de pequeños incidentes.
Siempre he estado convencido de que los Attak tocaron al menos dos veces en el Garatge de L’Hospitalet. El concierto mítico en el que apareció la policía y al que no acudí, y por lo menos otra anterior, en la que no hubo problemas… salvo uno conmigo. Había ido con Rata, un punk de primera generación que vivía en mi barrio y con el que fuimos buenos amigos.
Rata, verano del 79
Vuelvo a Xavi: la última vez que nos vimos fue cuando proyectaron The Great Rock’n’Roll Swindle en la antigua Filmoteca de la calle de la Cera. Llegué solo y me rodearon 7 u 8 punks que no conocía, de fuera de BCN. Llevaban malas intenciones y lo habría pasado mal. Pero apareció Xavi, recuerdo la imagen con esa gabardina beige que llevaba a menudo, se acercó a ellos y les dijo: «A éste, ni lo toquéis». Se esfumaron al momento y me dirigí a hablar con él, pero me miró de arriba abajo, con una mirada triste, dio media vuelta y se fue. Supongo que intervino por la antigua amistad, por los viejos recuerdos, pero parecía que ahora viviéramos en mundos distintos y me dolió que me ignorara de aquel modo. Después, una noche me llamaron para decirme que Xavi había muerto... y me pegué un hartón de llorar.
Me ha costado decidirme a hacer públicos estos recuerdos: los he puesto por escrito a petición de Silvia y también para reivindicar la memoria de Xavi-Shock, un tipo inteligente, con mucho sentido del humor, una gran cultura musical y, para mí, un amigo en esa Barcelona libertaria de finales de los setenta, donde todo era posible y nada ni nadie podía quebrar nuestros sueños.
Cuando a menudo oigo o leo cosas sobre él, me parece que se hable de un personaje paródico al que no reconozco. Tal vez Xavi fuera violento en los últimos tiempos, pero, por lo que viví, la violencia de los punks a finales de los setenta y principios de los ochenta era algo bastante de juguete, que no iba mucho más allá de patear bolsas de basura o romper cascos de botellas en el Fantástico. Años más tarde, en 1985 o 1986, sí surgió una oleada de violencia estúpida y gratuita con la aparición de los naziskins.
He citado antes a Richard Hell. Me gustaría acabar con una frase de Billy Childish: «Si alguna vez dudas sobre lo que te gusta de veras, piensa en lo que te gustaba a los 16; eso es lo que te gusta, en el fondo de tu corazón».
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Lee el libro...
"PORNO TERRORISMO"
de DIANA J.TORRES..
Lee el libro..."QUE PAGUI PUJOL" de JONI DESTRUYE..
Lee el libro "HARTO DE TODO" de JORDI BCORE
Lee el libro... "POLITICA ESTUPIDA.REFLEXIONES A QUEMAROPA."
de ANGEL FERNANDEZ
Lee el libro....ODIO OBEDECER de XAVI MERCADE
Lee el libro...ROMPEPISTAS de KIKO AMAT
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BARCELONA ARDE!!!!!
BARCELONA FES-TE UN MAI!!!
Gracias.
ResponderEliminarGracias.
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